Memoria histórica: por la dignidad de nuestros pueblos.


Tensiones de régimen. Ada Colau coloca la bandera republicana en el ayuntamiento de Barcelona y retira símbolos franquistas, surgen nuevos colectivos antifascistas y otros se reorganizan, Izquierda Unida y el PCE(r) reavivan su discurso antifranquista,... Renace, si bien en algún momento no estuvo vivo, el debate sobre la llamada "memoria histórica" y sobre los símbolos franquistas que todavía tienen presencia en muchos puntos de España. Como republicano que me considero, también se me revuelve el estómago al escuchar decir a retrógradas como Albert Rivera que no van a "abrir el debate" sobre los símbolos en las calles de un régimen que dejó 114.000 republicanos desaparecidos y enterrados, o escuchar a Esperanza Aguirre decir que "duda de que el franquismo se impusiese a la fuerza" o a Pablo Casado decir que "los de izquierdas son unos carcas que se acuerdan de sus abuelos cuando les conviene". Abuelxs asesinadxs que, por cierto, continúan en cunetas a día de hoy, y que gobierno tras otro desde el 78, supuesta entrada en democracia, han impedido a familiares recuperar a las víctimas. Por no hablar de que el Partido Popular ha denigrado a la Ley de Memoria Histórica, que al menos amparaba a las asociaciones que defienden la dignidad de las víctimas del franquismo, y que hoy apenas reciben subvenciones.

Estatua de Franco en Santander, siendo retirada

Dicho esto, a mí sí que me apetece, a diferencia de Rivera, abrir el debate. La cuestión es por qué permitimos que se mantengan monumentos al franquismo en nuestras calles, como los de Ferrol, Oviedo, Salamanca, Toledo, Valencia, A Coruña y un largo etcétera. Esta cuestión puede encontrar respuesta en:

- Desde el año 1978, año que consta como el fin de la dictadura y el inicio del desarrollo capitalista en España, los gobiernos, uno tras otro, han puesto trabas a aquellos que han intentado desempolvar los crímenes de la guerra y de la dictura. Además, los partidos tradicionales, más concretamente el PP o AP en sus tiempos, siempre han hablado de preservar la memoria histórica de un asesino como Franco, y así nos encontramos actualmente, manteniendo el Valle de los Caídos construído por presos republicanos, o la cruz franquista de Vigo, por ejemplo, de la cual el Tribunal Constitucional el pasado 25 de noviembre rechazó su retirada.

- En muchas regiones de España existe un fenómeno sociológico en torno al franquismo, haciendo incapié en su labor reformista por una España recta y católica. También están los que te dicen que Franco hizo cosas buenas, como la Seguridad Social. Se les olvidan las cartillas de racionamineto de alimentos, que no son cosa de la posguerra, sino de muchos años después. Parece ser que también se les olvida la brutal represión hacia las clases bajas, las minorías y los disidentes. Pero esto parece no importar en el individualismo facha.


A pesar de esto, ¿por qué mantenemos viva la figura del dictador? ¿Por qué todavía queda gente arraigada en ese régimen? En este país se dieron tres vías: los que no aceptaban el régimen, los que no lo aceptaban pero se callaban y los que, acomodados en su clase o asimilados en su miedo, aceptan un régimen que promete devolver los rasgos de una sociedad religiosa y una política reaccionaria. Así, hoy vemos como en municipios como Coria, el alcalde derriba de madrugada una estatua que homenajeaba a las víctimas del franquismo. O vemos que partidos tradicionales como el Partido Popular o el PSOE, y no tan tradicionales como Ciutadans, se niegan a retirar medallas a la figura de Franco, mientras partidos como IU o asociaciones como ARMH lo exigen y a veces lo logran. O vemos como se permiten y subvencionan asociaciones como la Fundación Francisco Franco, presidida por la hija del caudillo, que enaltecen la figura de este y convocan actos pro franquistas. Y muchos más ejemplos diarios que homenajean el régimen criminal de Franco.

Fosa común desenterrada en Euskal Herria


Yo creo que todo pueblo tiene derecho a conocer su historia. Pero una cosa es conocerla y otra es exaltarla y promoverla desde los intereses individuales o ideológicos, como los del Partido Popular. Se debe dar a conocer nuestra historia desde la veracidad, el racionalismo y la defensa de los Derechos Humanos, que el franquismo enterró. Los simbolos en las calles son una parte fundamental de nuestra memoria histórica, pero, como digo, deben ser expuestos desde la condena y no desde el elogio hacia un régimen que impidió que este país continuase con su camino vanguardista y progresista, que la república pretendía poner en marcha, condenándonos a 40 años de inexistencia cultural, de páramo político y artístico, de falta total de libertades, de torturas y represión, de hambre y de desigualdad,... Vivimos en un sistema que protege la apología de otro que condenó a nuestro pueblo a la ignorancia, la injusticia y la miseria.

Mapa de las fosas comunes del franquismo

No es tanto una cuestión de condena, que también, sino una cuestión de dignidad. De dignidad por las víctimas, vivas o muertas, que tuvieron que pagar el precio de la dictadura, y de las personas que luchamos y condenamos un sistema que ampara el apoyo y la exaltación de un personaje tan repulsivo como Francisco Franco y todo lo que hay detrás de él. Y si no nos vale este argumento, yo creo, de humanidad, al menos tengamos un poco de decencia y dejemos de ser el segundo país del mundo con más desaparecidos.

Juventudes Comunistas, protestando ante un símbolo de la Falange

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