Multinacionales y el estándar de belleza.

De una forma superficial, como en casi todos mis artículos, me gustaría hablar de como las grandes entidades comerciales de productos de moda afectan a nuestra forma de ser. Aunque a muchos les cuesta asumirlo, son las multinacionales y las empresas dueñas de las grandes líneas de ropa y productos de estética las que imponen un modelo de aspecto ideal sobre la sociedad. Antes, y no hablo de hace 100 años, el referente más común era o bien Barbie o bien Monroe. Por debajo de ellas no había más que una marabunta de publicidad de cientos de empresas que pretendían emerger y situarse entre la inconsciencia del ciudadano con sus modelos de revista. Ahora existe una diversidad anunciante tan grande, que podemos distinguir cánones de belleza desde la idealización de personajes generalizados como Brad Pitt, hasta famosos artistas comerciales actuales como Nicki Minaj, Miley Cirus, Justin Bieber, Auryn,... e incluyendo certámenes donde se impone un modelo a seguir, como la reciente Miss Universo, Paulina Vega. No hay nada de malo en conocerles, cada cual tiene su juicio. El problema viene cuando estas figuras son exaltadas con todo tipo de marketing lanzado hacia la calle. Y lo peor, muchos de ellos han sido creados para vender. Debemos verlos como productos, modelos impuestos para que tu los adquieras, o derivados con los que parecerte a ellos. Esto es lo de siempre: el mensaje subliminal de que de esta forma serás una estrella del rock, o un multimillonario, o una famosa cantante, o simplemente serás más guapo o guapa. Adquirimos la ropa que anuncia Zara, el pantalón que lleva Angelina Jolie, el peinado de Zayn Malik, el alcance del cuerpo de Cristiano Ronaldo,... Pero no es más que un mercado. La clave, es como está diseñado.

Ojo, no estoy diciendo que porque Victoria Secret saque, por ejemplo, a un tío con un abdomen esteroidado o a una tía con palillos por piernas, todos debamos admirar, buscar, y asemejarnos a esos modelos. Somos muchos los que tenemos dos dedos de frente, y el autoaprecio es una gran virtud. No necesito que una marca capitalista me diga como debo vestir, o cuanto de bíceps debo tener. Lo que estoy diciendo es que hoy en día, y en gran parte debido a la globalización y la rápida mediatización de los medios, hay una gran variedad publicista de la belleza ideal que aturde a cualquiera, hasta que, si caes, una te atrae más que otras. El caso es que te atrae, y, poco a poco, te lleva hacia la obsesión y al ya tratado consumismo. La belleza es algo subjetivo. A cada cual más individual le puede parecer más atractivo un aspecto u otro. Lo único que hacen estas compañías y sociedades es promocionar su visión de la belleza, o bien por motivos propios de exaltación, o bien porque hay un gran mercado detrás, universalmente relacionado con lo que esté de moda (también creado por estas compañías). Y el dinero es el dinero. Con miles de mensajes subliminales son capaces de follarte la mente y de que creas que comprando equis colonia vas a ligar más. Actualmente, y dependiendo de la sociedad, una tía buena puede ser una anórexica o una obesa. Y muchos más estándares estéticos que influyen en la manera de vernos entre nosotros. La desgracia de todo esto no es que perdamos nuestra autenticidad como persona, eso cada cual que se responsabilice de sí mismo. Lo peor de todo es que en casos extremos, y preocupantemente comunes, esto deriva en una discriminación y elitismo social.

Cuando nos exponemos a una calle repleta de carteles y anuncios publicitarios, nos exponemos a caer en su mensaje oculto. La publicidad es un arma muy peligrosa que se ha usado en toda la historia moderna no solo para la moda, incluso para los conflictos bélicos. Ante una sociedad que no ha sido educada para detectar estos mensajes, las multinacionales ven dinero, y empiezan a bombardear su producto por todas partes, con mensajes subliminales que atacan directamente a tus valores y a tu forma de pensar. Si pueden convencerte de que una tía delgada es preferible a una rellenita, ¿por que no podrían convencerte de que los hombres somos todos unos machistas, o de que EE.UU. es el mejor país del mundo, o de que la mujer solo vale para fregar, o de que Hitler era la hostia? Todo esto son extremos, pero podrían hacerlo, y mucha gente picaría. Porque somos más vulnerables de lo que pensamos. Porque la inconsciencia influye muchísimo sobre nuestra conciencia. Y todo esto también va relacionado con la posición social. Por ejemplo, antes una persona gorda estaba relacionada con la riqueza, puesto que eran los ricos los que tenían dinero para comer lo que quisieran. Ahora, gracias al supuesto equilibrio social, y digo supuesto porque es una falsa comodidad para que creas que vives bien, esto ya no está tan generalizado. Y debido a la imposición de figuras delgadas de gran fama y éxito, ahora está de moda pesar 40 kilos con 30 años. Bueno, igual me estoy yendo por otras ramas.



Algún día trataré el tema de la publicidad y del marketing. Menudo mundo. Pero ahora voy a concluir esta entrada. No me apetece profundizar mucho en esto puesto que un blog cansa la vista. Así que seré breve. Las multinacionales crean los modelos y las marcas a seguir. Singularizando lo común, o idealizando lo individual, a través de los recursos publicitarios abusivos configuran tu manera de ver a una persona, y de verte a ti mismo. Este es el gran peligro del mundo de la estética comercial. No importa que detrás de todo esto haya un gran e injusto mercado, es tu problema adquirir sus mierdas. Lo que importa es como afectan a tu persona, y de como la moda modifica nuestra personalidad hacia la simpleza y la ignorancia, derivando en una primitiva discriminación y exaltación propia. La superioridad es una sensación muy tentativa. Todos llevamos un pequeño pijo consumista dentro. Lo han puesto ahí. Tú solo trata de que no moleste mucho, o acabrás siendo como él, incapaz de ver más allá del Corte Inglés ni de los que visten como tú. Y en lo físico también, sí, machácate en el gimnasio para alcanzar una figura supuestamente ideal, vete a saber por quién, debido a esta fiebre deportiva donde han creado un nicho de mercado, como esta moda de los runners. Mercado, mercado y mercado. No te preocupes si eres gordo o bajito. Las multinacionales cambian constantemente a la par de la moda y el comercio. Pronto serás tendencia. Así que sigue comiendo.


Para saber más sobre la singularización de las marcas y su mercado, visita este artículo: "Marcas: Estrategia capitalista."

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